Timidez y terapia corporal

Como la terapia corporal ayuda a superar la timidez

¿Quién no se ha sentido preso por su propia timidez en algún momento? Todos hemos experimentado la timidez en mayor o menor medida. Puede ser que tu experiencia sea más bien tenue y que no te impida seguir con tu vida y también puede ser que el grado de intensidad de la timidez suba tanto que te paralice y dejes de hacer cosas que te gustaría hacer.

Ya sabemos que todo está interconectado. Así que la timidez tiene repercusión en los tres centros el mental, el emocional y el corporal. En el plano mental surgen pensamientos tales como “no merezco recibir atención” “lo que digo no le importará a nadie“, “si digo lo que pienso me rechazaran“, “callado y parado estoy mejor y no tengo problemas”. Cada uno tiene sus propias creencias que activan la timidez.

La emoción que está más vinculada a la timidez es el miedo. Es importante observar  reconocer y verbalizar a qué se tiene miedo.

La timidez tiene su patrón corporal energético, la caja torácica un poco metida hacia adentro, hombros ligeramente subidos, la mirada parece que se vuelva hacia si misma. En el estado de timidez se bloquea la respiración y se pierde el sentido y la confianza  en  uno mismo. La persona entra en un estado como de huida, la energía corporal y mental se retraen y el flujo energético se ve alterado.

Cuando aparece la timidez la percepción de uno mismo se vuelve muy limitada, el bloqueo del diafragma no nos permite sentir, la conciencia del cuerpo desaparece y entramos en un estado en el que la mente se escinde del cuerpo. En este estado de pérdida de centro, la mente está todavía más vulnerable a todas aquellas ideas que nos refuerzan la timidez, puede surgir el propio juicio y maltrato a uno mismo, con frases como “soy un cobarde”, “soy inferior a los demás” etc.. Otra actitud que se suele tener ante la timidez es pelearse con ella bloqueándola hacer ver que no está, retirarla de la conciencia, esto tampoco es una solución saludable, bloquear el bloqueo lo único que hace es añadir más tensión. Así que necesitamos una ayuda, ya que la mente escindida por si sola no puede recuperar el estado de confianza. Esta ayuda viene a través del cuerpo.

La terapia corporal ayuda a redirigir la atención hacia el cuerpo y permite hacernos cargo de cómo la timidez ha tomado forma en él. Después de la toma de conciencia a través del cuerpo se puede expresar, mover y transformar la timidez.  En este proceso se  liberan conscientemente  las tensiones y se recupera el contacto con la respiración. La respiración y la conciencia del cuerpo ayudan a acabar de soltar la timidez y a liberar la energía que estaba atrapada, recuperando el fluir y la capacidad de centrarnos en aquello que realmente queremos hacer. Gestionar la timidez des de la conciencia y a través del cuerpo nos permite ganar en autoconocimiento, libertad y seguridad en nosotros mismo.

 

Sandra Sales
Terapeuta Gestalt y Corporal (Shiatsu, movimiento y danza creativa).

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